Qué jodidas son esas situaciones de la vida que te rompen,
que te cambian y lo ves.
No reaccionas, vas dejando que el tiempo pase comprobando como su tan recurrido efecto purificante es solo palabrería, hasta que te das cuenta.
Intentando ocupar el tiempo para que no haya espacio para pensar, espacio para retorcer tu mente, espacio para hacerte daño, espacio para volverte loco.
Momentos de lucidez ocasional que te dan esa calma que te levanta durante un rato, que te da espacio para que vuelvas a ser tú, para que te recuperes a ti mismo...Pero al final acaba siendo un espacio que te separa del suelo y que hace que después la caída duela más.
Caída por ver que ya no puedes volver a ser tu mismo. Que ese intento de querer recuperarte es la terapia del teatro personal.
Ahora sigues siendo tú, pero de otra manera.
De una manera a la que has llegado a ser por una jodida situación de la vida que te ha roto, te ha cambiado y lo has visto.
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